Para mi no es el hecho único de la comida amazónica lo que me llamó la atención sino como se nos puede escapar algo así de las manos estando tan cerca. Nuestra cultura indígena es pues diferente a las más avanzadas pero no por ello arcaica. Con los cambios políticos recientes siento que esta tendencia de comparar culturalmente y de una manera dogmática las posiciones contradictorias a la del estatus quo o a la creencia actual han creado una distorsión del concepto de tolerancia que muchos líderes toman como bandera.
La tolerancia, así como la cocina amazonense (o amazónica, como quieras usarlo) no es más que el uso consciente de los recursos naturales (o personas) que nos rodean en el sitio en que nos desenvolvemos. Los tolerantes no comparan productos, ni ollas, ni fogones, ni comensales, ni ideas, ni posturas, ni religiones, ni colores; sólo comparten y entienden que cada ingrediente tiene una función para el gran plato. Estamos globalizados en ideas y posturas ya casi ni propias. Yo quiero rescatar esa cocina que ha estado siempre allí pero que no la había visto por estar pensando en otras formas de comer.
Ojalá siempre tenga mis oídos abiertos para escuchar historias sobre comidas que incluyen cosas simples y a la mano y que dan como resultado final las descripciones sutiles dadas por Fede ayer. Pues mi boca y me mente se hacían agua de solo pensar en ellas y en el lugar de donde provienen.
¿Ah y olvide decir que también es sostenible?
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